Eterno adolescente

Siempre vagando por calles meadas, intentando molar. Liándome un porro, la litrona entre las rodillas. Cuando me levante acabaré peleando a gritos, solo medio en broma, con mi manada. Tatuajes, y mas acero que cara en la cara. Música en los cascos, que se escucha desde la esquina. Mi ropa estridente, mi gorra perenne y pantalones a media asta por la infancia que ya he dejado atrás.

Buscando un polvo que contar mañana, una historia increíble o una resaca. Sin interés por vivir otra vida que la madrugada en los callejones de las drogas y los chinos que quieren venderme "servesauneulo". Sin nada más que lo que llevo puesto y mi filosofía inocente pero iracunda. Poesía barata para seducir quinceañeras, poco más.

No tengo sitio, porque no clavé mi cruz en lo alto del monte. No había centuriones, ni Magdalenas. Condenado de por vida a la inmadurez. El dolor de huesos que me acompañará siempre. Cicatrices de tercer grado.

Siempre seré un mocoso imberbe a mis ojos. No me perdono mi adolescencia. Llego a tarde a superarla. El ente oscuro ha ganado otra batalla.

These are a few of the things I can't have

Dejar de aullar cada noche a la luna.
Ser medio feliz y no sentirme solo.
Comer de tu mano, que bebas de mí.
Son algunas de las cosas que no puedo tener.

Ser como un niño, el niño que he sido.
Ver a mi lado solo a quien yo quiero.
Respuestas sinceras, actos de fe.
Son algunas de las cosas que no puedo tener.

Cuando todo va bien,
Cuando estoy convencido,
Cuando el amor puede al asco...

Simplemente me obligo a recordar
todas las cosas que no puedo tener.

Y vuelvo a mi noche, vuelvo a ser yo.

Zanahorias

Si existe un infierno, un lugar diseñado para hacernos sufrir toda la eternidad, no es como se ha pintado. Un lugar de calor eterno, de pinchazos y pesadillas inerminables no tiene sentido. Hay algo más cruel.

Un lugar que parezca nuestro lugar natural, que creamos controlar. Un lugar terrible a la vista de todos, pero capaz de ofrecer esperanza. Esperanza de salvación, de uno mismo, de uno y su familia o del mundo. Falsas speranzas en forma de fe o de amor. Esperanzas a medida que abarcan la salvación de tantos como quieras.

Pero esa salvación nunca llega. Siempre está igual de lejos, como la zanahoria para un asno. Pero sigue andando, andando hacia ella. Si supiera que no puede cogerla dejaría de andar. Pero entonces, ¿de qué serviría?

Por eso este mundo no deja de ofrecernos momentos. Instantes en los que todo parece cuadrar y que desde fuera apestan a cinismo, a hipocresía, a alcohol.

En realidad, ya hemos vivido. Y no debimos hacerlo muy bien, porque esto tiene que ser el infierno.

Cuando tú no me matas

Me matas y das vida a ese otro yo. A ese bobo que vive en una rima o en una leyenda. El que celebra y no envidia.

Dejadnos. No le necesitamos. Nos hundimos. La banda sigue tocando, y su melodía lenta parece un quejido, pero es un canto. Una oda a la soledad, himno al hastío; la marcha de la desidia. Es una escala de grises. Compás pesado, graves bombos. Como el vals de un funeral.

Cuando tú no me matas disfruto de esa lenta agonía. Cuando tú no me matas quiero quedarme a ver como nos hundimos, como se hunde todo. A demostrar la indiferencia que él no sabría. A ahogar sus sollozos y gritos de niña asustada. Yo me encargaré de recordarle sus culpas y errores. Todo el dolor que he causado, aprovechándome de sus sueños, y he hecho suyo.

Ven a matarme. Libera al estúpido incapaz de enfadarse ni por su propio bien. Mátame y vivirá en una farsa de causas justas y almas gemelas. Mátame y creerá amarte para siempre.

¿Serías capaz de matar?

¡Mátame!

Proceso

Cuidar a los tuyos.
Respetar a todo el mundo.

Los valores ya no tienen sentido. La subversión nos ha comido y el niño se ha vuelto tigre. Hemos perdido hasta el significado de tantas palabras y nos da igual. Porque tenemos cosas más importantes que hacer que saber quién es el que tengo al lado. Saber qué quiere y que le gusta, saber qué cosas no soporta.

Y hacer, hacer algo tan tonto como tragarse el orgullo de vez en cuando y desahogar la ira sin hacer daño. Apartarse para no chocar con quien anda de frente en la acera. Escuchar a quien tiene algo que pedirnos y está dispuesto a ofrecer una "miserable" sonrisa a cambio. Cuidar a quien nos cuida. Conceder. Regalar.

Yo me importo una mierda. No soy nada. Soy lo que hago por ti y lo que soy para ti. Soy solo a través de ti aunque no te des cuenta. Uno no puede ser bueno consigo mismo. Tú eres mi bien y lo que me hace ser bueno. Digno.

Porque nadie lo sabe, pero en mi pequeñez, en mi entrega, en mi complacencia autodestructiva, soy. Soy más digno de esta mierda de existencia que ella de mí. El infierno de la esperanza no puede tocarme cuando soy. Soy todas las esperanzas. Soy los sueños de mejoría y el orgullo. Soy bueno, y lo sé.

Y entonces, puedo mirar con sonrisa ladeada al mundo, desde arriba. Veo las vidas y las gentes. Veo los sentimientos como quien lee una valla publicitaria. Y soy capaz de controlarme y todo es un juego de Sims. El tigre sale de la selva y es chamán. Conoce el aura de las cosas.

En ese momento, sé que el infierno me viene pequeño.

Por fin

Por fin palabras.
Para nadie, yermas, sin vida.
Palabras que no significan porque nada son.
Por fin nada.
Palabras tan muertas como cualquiera.
Peros y nuncas.
Por fin pero.
Apenas silencios rotos,
Casi todo blanco.
Dolor en las caras,
Por fin frío.
Palabras que tiñen de negro.
Negrura que todo oscurece
Por fin, mi oscuro yo.
Por fin, no puedo.