La sorpresa que nunca es

Todos los días al llegar a casa espero una sorpresa. Como un niño abro el portal, compruebo el correo corriendo (no suele haber más que publicidad de restaurantes a domicilio), y subo corriendo los 54 peldaños hasta mi puerta mientras fantaseo con cuál sería el regalo.

Entro en casa y me dirijo al salón por si acaso mi sorpresa ha llegado antes de tiempo y está viendo la tele, a ver si al menos alguien ha organizado una fiesta. No hay nadie, así que me conformo buscando algún aparato nuevo, una peli en DVD que alguien ha comprado, un juego de ordenador o de play... Nada, las cajas vacías de las pizzas de anoche, restos de ceniza y una litrona rellena de agua fresca. No hay sorpresa.

De camino a la cocina me mentalizo para entrar en mi cuarto. Primero paso por aquella para hacerme una idea de cómo de llena está la nevera, qué hay que cocinar antes de que se ponga malo y qué voy a cenar. No suele decepcionarme encontrar más condimentos y salsas a medias que comida en la nevera. La luz interior nunca funcionó, pero es mejor así, porque el panorama dentro suele ser desolador. Gracias a Dios siempre hay quien te trae la cena a casa por encargo, y me ha dejado su publicidad en el buzón.

El momento más duro siempre es mi habitación. No voy a quedarme, sólo a dejar el abrigo, el libro, el ipod... Pero no puedo evitar acercarme a la puerta nervioso.

Los Reyes Magos nunca se acuerdan de mí en enero. Tal vez hayan revisado mi comportamiento, y dándose cuenta de que no soy mal tipo, la hayan drogado para traerla. (Es probable que no haya nadie, acuérdate) Quizá simplemente ella misma se haya animado a darme una alegría, y me está esperando dentro, sentada en la cama. A lo mejor lleva un rato esperando y ha decidido tumbarse en ella, sin pantalones para estar más cómoda. (Sabes que no va a pasar... ¿por qué te torturas?). Ya me parece sentir el tacto de sus muslos en mi cara.

Abro la puerta asustado, ya no nervioso. El edredón y la manta embarullados pueden parecer la sombra que anhelo. Pero sólo antes de encender la luz. No hay grito de ¡sorpresa!, ni ojos que respondan al miedo en los míos. ¿Y qué cojones esperabas? Deja el abrigo, el libro, el ipod. Sigue soñando.

The blood, the sweat, the tears



Yes I walk the righteous
Many men have walked before
And this pain's held
A broken shell
Straight shackled onto the floor

So welcome to the world
That i lived in
Puking up bile and hate
My world has turned
To false inclusion
Sickening broken state

But then I'll see
There's things in me
That make you want it
More than you

But I deny all this
Cause pain was my bliss
Get wasted on self destruct

Just hold on to the edge

It's all about
The blood, the sweat, the tears
Attribute to the strength
Built through the years

Yes i walk the path
That gives me
Confidence strong and pure
Now i realize
That freedom rises
From confronting the source

I built these walls around me
And I can break them all away
I'll focus all the strength I call
Into unstoppable energy

so hold on to the edge

It's all about
The blood, the sweat, the tears
Attribute to the strength
Built through the years

Hold on
I'm not falling
Not falling down again

It's all about
The blood, the sweat, the tears
Attribute to the strength
Built through the years

Believe me that
Time will sear the wound
Time will sear the wound
Time will seal the wound