Eterno adolescente

Siempre vagando por calles meadas, intentando molar. Liándome un porro, la litrona entre las rodillas. Cuando me levante acabaré peleando a gritos, solo medio en broma, con mi manada. Tatuajes, y mas acero que cara en la cara. Música en los cascos, que se escucha desde la esquina. Mi ropa estridente, mi gorra perenne y pantalones a media asta por la infancia que ya he dejado atrás.

Buscando un polvo que contar mañana, una historia increíble o una resaca. Sin interés por vivir otra vida que la madrugada en los callejones de las drogas y los chinos que quieren venderme "servesauneulo". Sin nada más que lo que llevo puesto y mi filosofía inocente pero iracunda. Poesía barata para seducir quinceañeras, poco más.

No tengo sitio, porque no clavé mi cruz en lo alto del monte. No había centuriones, ni Magdalenas. Condenado de por vida a la inmadurez. El dolor de huesos que me acompañará siempre. Cicatrices de tercer grado.

Siempre seré un mocoso imberbe a mis ojos. No me perdono mi adolescencia. Llego a tarde a superarla. El ente oscuro ha ganado otra batalla.

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