La eclosión

Últimamente, me estoy esforzando por tener una vida. No es que quiera, realmente, pero entiendo que no se puede vivir sin tener una vida. Hasta el momento, no he encontrado razones para morir, así que lo perfecto sería vivir, pero no tener vida. Hibernar todo el año, sin parar ni para comer.

Me gustaría poder aguantar años sin comer, meditando bajo una higuera, rígido y petrificado. Ver pasar las eras y sus gentes, limitándome a reír y a llorar para mis adentros.

Como no se puede ir contra la realidad de uno mismo, mientras alcanzo mi Nirvana personal, tengo que obligarme a salir. Forzarme a ser encantador, a utilizar los dones de los que renegué para llegar a destinos que, a priori, no me interesan. En todo caso, esforzarme porque me interese más el camino que la meta.

Esperar pacientemente la eclosión. Ir vomitando poco a poco mis entrañas, bilis y pus. Limpiarme por dentro y por fuera y quedarme solo con quien quiero ser. Creerme todo lo que me digo, ser capaz de darme la vuelta hacia fuera aunque nadie me mire.

Pero cuando acabe, no quiero estar solo. Quiero sentirme parte de alguien, quiero volver a sentir su presencia en mi sangre. Estaré cansado, y querré un abrazo egoista, querré que quieras besarme.

I play russian roulette everyday -a man's sport- with a bullet called life. But, you know? Every time I try to go where I really want to be is already where I am. CAUSE I'M ALREADY THERE!!!

Tú no tienes la culpa. No me creas.

Tú no tienes la culpa de no oler a tabaco.
El sol no pudo ocultarse para no vernos juntos,
y ahora nos quedan frías lunas de enero.

No me creas, pero tengo ganas de amarte.
Aún no me sale, y embadurno las paredes de miedo.
Me destinto como un Bic azul.

Tú no tienes la culpa de no tener rasgos ni curvas.
Si pudiera abrazarte, si no fueras lava gris entre mis manos,
estaría contigo hasta que me odiases.

No me creas, pero te necesito.
Te necesito para llenar un hueco que no se amolda a tu forma.
Necesito follarte hasta que encajemos.

Tú no tienes la culpa de que quiera ser usado.
Quizá además quieras un perro, rabioso y sin bozal,
deseoso de doler y ser dolido.

Lo hablaremos una tarde, y espero que se nos haga de noche.
Pero te advierto ya. Tú no tienes la culpa. No me creas.

Nada ha cambiado

Te echo de menos. Nada ha cambiado, sigo pensando en ti todo el tiempo. Incluso cuando no quiero, no debería o no hay razón aparente. El mundo me recuerda a ti porque solo tú le das sentido. El resto es una peli mala.

Me he ido a la otra punta del mundo, solo para poder pensar que estamos un poco más cerca. Casi podía sentirte, casi te he olido. No hay nada que pueda alejarte de mi, nada ha cambiado.

Y aquí estoy, escribiéndote de nuevo para poder pedirte que no me leas, que no me llames. Al fin ha pasado algo, o no. Al cerrar los ojos sigo viéndote en la cama, sigo acariciando tu cara cuando no creo ver a nadie. Sigo saltando como un resorte cada vez que suena mi móvil.

Sé que tú no estás sufriendo. Sé que ahora mismo estás bien, y probablemente decidida a cumplir mi promesa. Nunca tuve palabra, salvo un manual de una sola regla. En caso de duda, sigo deseando ser tu perro, eso no ha cambiado. Y sólo me consuela que aunque ya estés casada, muerta y enterrada para el mundo, sabes que estamos hechos para estar juntos.

Nunca podré dejar de escribirte, mi musa desde antes de conocerte. Nunca podré olvidar cuánto se quedó por hacer, qué claro estaba todo, y cómo nos amamos. En presente eternamente. Nada ha cambiado.