Facebook, una historia real

Nunca me ha gustado feisbuk, hasta el punto de que de ahora en adelante me niego a escribirlo correctamente, y lo hago en el título con la esperanza de que dentro de esa organización abusiva haya alguien a quien le lleguen estas líneas. Una plataforma tan que me ha llegado a provocar tal cabreo como para querer descargar toda mi rabia en mi personal y trascendental blog.

Nunca me ha gustado, y nunca he tenido un perfil. Me obligaron a crear uno a modo de ejercicio en la universidad, y lo borré en el instante en que hubo acabado dicho ejercicio. Usaba, en ocasiones y con fines publicitarios, el de una de las empresas en las que trabajo, pero nunca para colgar nada personal.

Un buen día, en la empresa de la que soy apoderado, socio, director general y el 50% de la plantilla (lo recalco para que no haya dudas de si soy o no el representante legal de esa empresa), decidimos crear una página de empresa, y hace unas tres semanas, la creo. Para ello es obligatorio hacerse un perfil, así que aprovecho la ocasión para crear uno personal en el que hacer lo que hacen mis amigos en su feisbuk: subir fotos, comentar las de otros, compartir enlaces, enterarme de los cumpleaños, recuperar el contacto con viejos amigos... Utilizo mi nombre, y no queriendo usar mi apellido real, utilizo el nombre de la empresa. De modo que mi perfil se llama algo así como "Pepito ViajesVolare" (nombre y empresas falsas, evidentemente)

A los dos días, feisbuk me informa de que quizá conozca a un tal Jimmy Jazz (nombre real del usuario en feisbuk), y me llama la atención ver que soy yo mismo. Una persona a la que no he visto en mi vida, y lo sé porque tiene un par de álbumes de los viajes a canarias con su novia, pero de foto de perfil tiene una mía. Bastante graciosa por otro lado, pero que no recuerdo cuándo ni por quién fue tomada, y por supuesto, no quiero que sea la imagen de perfil de otra persona.

Parece ser que el Sr. Jazz, es amiguito de un grupo de personas, algunas de las cuales estuvieron bajo mi cargo en un trabajo anterior, y algunos de los cuales no se tomaron bien que no renováramos su contrato ante hechos como que acudían al trabajo borrachos, drogados, en bata, con horas de retraso, no daban palo al agua, metían prototipos de material tecnológico avanzado y carísimo en el w.c. de la oficina y colgaban fotos de ello en foros, y un largo etc. que no viene al caso.

Denuncio al impostor utilizando el botón de "Denuncia esta foto", explicando que la foto es mía, y que no he dado permiso para su uso a nadie, pero tres semanas después no he recibido respuesta. Intento denunciarlo por otras vías, pero feisbuk solo me da la opción de un formulario en el que me piden mis datos personales - nombre, teléfono y dirección- pero me advierten que se los van a dar de inmediato al usuario denunciado. ¡Estupendo! ¿Por qué no le damos también mis claves bancarias y un muñeco vudú con pelo mío?

Bien, pues hoy, sin previo aviso, al intentar postear un contenido en la página de mi empresa, me encuentro con que mi cuenta ha sido deshabilitada, sin más explicación que un link al FAQ, y un formulario en el que se me exige escaneo de mi DNI para comprobar mi identidad. No tengo acceso a mi perfil, ni a la página de mi empresa. He rellenado su puto formulario, y les he enviado un escaneo de mi DNI, ya solo por ver qué hacen. Y recibo un mail plagado de perlas como: "Puede tener la certeza de que eliminaremos este documento de nuestros servidores después de usarlo para verificar la autenticidad de su cuenta."

"Si ya ha proporcionado la imagen de su documento de identidad, le pedimos disculpas por la posible tardanza en la confirmación de su identidad. Nos pondremos en contacto con usted en cuanto procesemos su solicitud.Hasta entonces, le sugerimos que consulte nuestra Declaración de derechos y responsabilidades para obtener más información"

En resumen: Por infringir la "estricta" política de identidad real de feisbuk, no tengo acceso a mi perfil, y lo que es más importante, a la página de mi empresa. Tiene gracia, habiendo usuarios con nombres tan reales como Jimmy Jazz, Evita Problemas, Patricia Tricia, o Carmelo Cotón, todos ello perfiles reales. Y mientras tanto, no hay manera de evitar que una persona utilice tu cara como imagen de su perfil. Por supuesto, no hay un email con el que contactar, ni una atención telefónica, ni de ningún otro tipo. Todas las direcciones son anónimas, así que si ellos quieren me escriben y si no, pues nada. Y mientras tanto, ellos tienen en su poder mis fotos, mis logos, información sobre mi vida...

¡Cojonudo! Si ya antes tenía argumentos para criticar a esta pandilla de masones prepotentes y su maravilloso inventito de red social/web 2.0, que, y esto lo deseo con todo mi corazón, dicen está a punto de explotar, aquí queda patente lo bien que funcionan.

A la mierda feisbuk. Váyase usted a la mierda.